Puntos Clave
El cambio climático está modificando la ubicación, la intensidad y la frecuencia de fenómenos extremos como olas de calor, huracanes, inundaciones e incendios forestales.
Las inundaciones están asociadas a una amplia variedad de enfermedades y riesgos para personas con afecciones específicas.
En un estudio basado en casi 800 comunidades inundadas, encontraron que la mortalidad por todas las causas, así como las muertes cardiovasculares y respiratorias, aumentan después de un día de inundación, y este riesgo persistió hasta 60 días.
La mortalidad por enfermedades respiratorias aumenta un 8.3% un mes después de los huracanes. Hay aumentos en mortalidad con pacientes en diálisis, pacientes con cáncer y EPOC. Los infartos de miocardio y los accidentes cerebrovasculares fueron un 22 y un 7% más frecuentes. Los partos prematuros y el bajo peso al nacer son más comunes después de los huracanes.
Se han documentado síntomas de trastorno de estrés postraumático (TEPT), depresión y ansiedad después de huracanes e inundaciones, con una prevalencia que varía según la intensidad del evento climático.
Cambio climático
El cambio climático está modificando la ubicación, la intensidad y la frecuencia de fenómenos extremos como olas de calor, huracanes, inundaciones e incendios forestales.
Estos fenómenos extremos generan cargas de enfermedades previsibles y evitables y riesgos de salud únicos para las personas con enfermedades crónicas.
Los expertos en cambio climático, proyectan huracanes e inundaciones más grandes, y más frecuentes, en los próximos años.
El cambio climático también está aumentando la frecuencia de los eventos de fuertes precipitaciones y las inundaciones asociadas, especialmente en las comunidades de bajos ingresos (estas, casi siempre, son las más afectadas).
Por más que en Argentina no sean tan frecuentes los huracanes, gran parte de la evidencia acerca de las inundaciones va de la mano de huracanes, en particular en Estados Unidos, donde se ha investigado más a fondo los efectos sobre la salud de estos fenómenos naturales.
¿Cuáles son los riesgos para la salud?
Los huracanes y las inundaciones entrañan riesgos inmediatos y más a largo plazo para la salud.
Los riesgos inmediatos incluyen:
- Ahogamiento
- Electrocución
- Laceraciones
- Caídas
- Lesiones en la cabeza por la caída de escombros, ramas o árboles
- Traumatismos por accidentes automovilísticos
- Intoxicaciones por monóxido de carbono
Las inundaciones están asociadas a una amplia variedad de enfermedades y riesgos para personas con afecciones específicas. Entre ellos se incluyen los siguientes:
1. MORTALIDAD
En un estudio basado en casi 800 comunidades inundadas, encontraron que la mortalidad por todas las causas, así como las muertes cardiovasculares y respiratorias, aumentan después de un día de inundación, y este riesgo persistió hasta 60 días.
Hasta el 0.41 % de las muertes respiratorias, el 0.18 % de las muertes cardiovasculares y el 0.10 por ciento de las muertes por todas las causas se atribuyeron a las inundaciones.
Los riesgos varían según el tipo de clima local, y son mayores en áreas con un nivel socioeconómico más bajo, menos desarrollo humano o una mayor proporción de residentes de edad avanzada.
Estas muertes incluyen aquellas causadas por las fuerzas físicas directas y por los peligros relacionados con la inundación, así como aquellas relacionadas con factores adicionales, como la contaminación de los alimentos y el agua, la disminución del acceso a la atención médica y una mayor exposición a patógenos.
En un análisis a corto plazo de 42 desastres climáticos en los Estados Unidos (tormentas graves, inundaciones, tormentas combinadas con huracanes, ciclones tropicales y tormentas invernales) entre 2011 y 2016, las tasas más altas de mortalidad persistieron durante 6 semanas y se tradujeron en un estimado de 20 a 31 muertes en exceso por tormenta en la semana posterior al desastre
El aumento de las visitas al servicio de urgencias y la mortalidad fueron más pronunciados en los condados, con mayor grado de pérdida y daño total.
La mortalidad por enfermedades respiratorias aumenta un 8.3% un mes después de los huracanes.
Esto puede ser resultado de la interrupción del acceso a la atención, la exposición a mohos o contaminación del aire que desencadenan crisis de EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica), asma, o infecciones respiratorias.
Los pacientes en diálisis tienen una mortalidad más alta después de este tipo de desastres, y pueden tener más probabilidades de necesitar atención en un departamento de emergencias, ser hospitalizados y recibir diálisis durante la hospitalización.
Las declaraciones de desastre prolongadas se han asociado con una mayor mortalidad en pacientes con cáncer, probablemente debido al acceso comprometido a la atención médica.
2. ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES
Los infartos de miocardio y los accidentes cerebrovasculares fueron un 22 y un 7% más frecuentes, respectivamente, en las zonas más gravemente afectadas por el huracán Sandy (octubre a noviembre del 2012, en Estados Unidos).
3. DIABETES TIPO 2
En personas con diabetes tipo 2, las visitas a salas de emergencia aumentaron un 84% durante la semana del huracán Sandy.
4. EMBARAZADAS
Los partos prematuros y el bajo peso al nacer son más comunes después de los huracanes. Esto puede ser por la dificultad al acceso a la atención médico, cómo al estrés de las embarazadas.
5. SALUD MENTAL
Se han documentado síntomas de trastorno de estrés postraumático (TEPT), depresión y ansiedad después de huracanes e inundaciones, con una prevalencia que varía según la intensidad del evento climático.
Los síntomas pueden persistir durante años.
Los niños, las mujeres, los adultos mayores y las personas con ciertas ocupaciones, como los trabajadores rurales y los socorristas (por ejemplo, personal médico de emergencia, agentes de policía y bomberos), están en mayor riesgo.
6. CONTAMINACIÓN AMBIENTAL
Las fuentes industriales, de aguas residuales y agrícolas, pueden liberar hidrocarburos, compuestos orgánicos volátiles y metales pesados en el agua y el suelo circundantes.
Las fallas de infraestructura contribuyen a los envenenamientos por monóxido de carbono debido a generadores mal ventilados y medidas de calefacción improvisadas.
Recomendaciones para la población
Existen ciertas recomendaciones universales en estos casos:
- Mantenerse a salvo después de huracanes o inundaciones
- Evitar caminar o conducir en áreas inundadas
- Evitar consumir cualquier alimento o agua que haya estado en contacto con el agua de la inundación
- Evitar volver a ingresar a viviendas o edificios dañados sin una inspección previa de una autoridad
- Evitar utilizar aparatos eléctricos mojados
- Evitar usar estufas, hornos u otros aparatos que utilicen combustibles para calentar, ya que pueden causar intoxicación por monóxido de carbono
- Seguir las recomendaciones locales sobre seguridad y consumo de agua potable
- Los pacientes con asma o inmunodeprimidos, deben evitar volver a ingresar a edificios inundados hasta que finalice la limpieza